viernes, 19 de octubre de 2007

Un brote de sinceridad con dos perlas.

Las ideas se le escapan antes que las palabras, quizá sea por eso que trata de llenar vacíos con conceptos despilfarrados azarosamente como tratando de completar un rompecabezas con piezas tan extranjeras a mi sensibilidad. Este arrebatado proceso no me significa un gran inconveniente dado que conozco el desenlace a su desesperación. Muchas veces soy culpable de no querer (y aunque sería más apropiado el verbo poder aprovecho y asumo la herida del orgullo) ver la verdad en sus ojos forzando este esquizofrénico desenlace. De ambos.
Siempre procedemos de la misma manera, tal es así que puedo leerlo en tu voz y no sabría explicarte cómo. Agradezco a la culpa de ser haberme otorgado una ignorancia tan amplia en asuntos tan escalofriantes y viscosos.
Después de esta pequeña reseña a modo de introducción en la que cedo gran parte de la responsabilidad de tus actos a le vez que me desligó sutilmente de la mía, llega la verdad, aquello que quiero contar, o mostrar.
Es simple y esta a la vista, no es tanto pero significa un poco más aún. Dormían solos entre fotos y textos que no los merecían ni en sueños parecidos a los que ellos soñaban. No quiero decir con esto que soy un generoso de la libertad artística, y a decir verdad no reconozco el arte en ellos, pero me parece más que justo y adecuado igualarlos a la luz de algo que aún no tiene forma pero busca tenerla.
Gracias por ellos, y si bien a partir de ahora ya no son más míos siento que lo serán siempre.
Gracias por Para mi, Epa! y tantos otros un poco más personales que no vienen al caso.
Ah, no me olvidó, ya dejé en manos idóneas la imagen del pez, mexicano y alma, al que alimentamos generosos con lo que nos sobra sin darnos cuenta, por lo menos hasta el instante anterior al que unos ojos dignos de parentesco con la naturaleza nos lo confiesan. Me dijo que necesitaba más datos, yo reconozco que desordené un poco las palabras, pero de todas maneras no era un concepto tan fácil de inmortalizar, ahí va algo con qué entretenerte unas cuantas noches, o no.

Un beso, medio abrazo. Hace demasiado para andar todos juntos todo el tiempo.
Salud.


Martín


Se encontró con dos mundos completamente abstractos, diferentes uno del otro, pero similares en materia de proyecciones. Estaba dispuesto a ser seducido por cuanta ambigüedad se le ofrezca. Fantaseó con proyectos, ideas y perversiones dignas de un deleite soñado.
Se encontró con dos mundos, y como siempre sucede en estas latitudes, ambos eran del mismo dueño, tenían el mismo rey.
Ergo. Hermosa palabra.


guigiar.

1 comentario:

  1. Buen día!!! y bienvenido a mi casita. Te aseguro, por aquí nada se pierde, todo llega, se aprovecha, se siente y si no sirve se recicla jajaja
    Gracias por tu visita y un beso enorme de una argentina medio perdida del otro lado del charco.

    ResponderEliminar