martes, 23 de octubre de 2007

Jamón y arroz.

Recordaron sus labios
La diferencia
Del gusto del café
"El mundo es uno solo
Y las nostalgias
Espejismo nomás"
Se clavó su mirada
En la leyenda
Que ordenaba en francés
"Mis pies sobre la ruta
Mi pensamiento
Vuela universal"
El viento lo entonaba
Y se acordaba
De un saludo cordial




Se aceptan imágenes acordes al sentido común que alberga este rincón. Se aceptan textos acordes al sentido común que alberga este rincón. Se aceptan caricias acordes al sentido común que alberga este rincón. Se aceptan alternativas acordes al sentido común que alberga este rincón. Se aceptan contradicciones acordes al sentido común que alberga este rincón. Se aceptan blasfemias acordes al sentido común que alberga este rincón. Se aceptan espacios acordes al sentido común que alberga este rincón. Se aceptan sentimientos acordes al sentido común que alberga este rincón. Se aceptan silencios acordes al sentido común que alberga este rincón. Se aceptan ojos acordes al sentido común que alberga este rincón.

Saben dónde enviarlos.

Pretenciosos abstenerse.


Un beso y una flor. - Nino Bravo.
Dos besos y la misma flor. - Martín idealista.
Un beso y dos flores. - Martín capitalista.


Pequeña humorada.

Va textito...

Martín.


Algún día va a llegar la retirada… esto es al menos es lo que soñamos, casi todos, en días como este.
No existe forma de alimentar el sueño si somos guiados a mordernos el alma unos a otros, como serenos hombres de bien. No hay una razón válida para seguir creyendo que el incendio es fuera a la vez que culpamos eternamente a la sociedad. La noble sociedad civil. Tan impúdica y soberbia que es digna de nuestra, y ante todo sana, envidia.
Si, es verdad que las luces confunden y hasta te ciegan con solo un guiño de ojo, pero de todas maneras nadie justifica (ni merece) tanto placer.

Así pasó un día más y no encontramos nuestro hogar. Sé que somos muchos los que creemos que el mismo no está, por lo menos ahora, aquí mismo. Ellos también lo saben, pero el problema radica en la invisibilidad que nos atrapa bajo la nube negra.
Llegará aquel instante en alguna ocasión, de momento nosotros continuamos nuestra torpe búsqueda con los ojos amordazados y las venas vendadas.

Que felicidad tan original aquella de la pantalla a todo color, nunca en mi vida me había dejado sorprender por algo tan espontáneo y real, a tal punto que pareció verdad.
Me sentí querido, que gratificante actitud tuvieron. Después de todo nuestro gesto bien valía un reconocimiento… y ahí estaba, ante nuestros ojos… listo para ser observado. Admirado. Agradecido.

Pasa un día más y el espejo es el mismo. No cambia. Mi rincón eterno sigue firme descansando a un costado, lindando con mi arrebatada irresponsabilidad. Lo soporto porque en el fondo sé que algún día tendremos el valor de saber que merecemos aquello que nos es negado una y otra vez. ¿Será tan triste el consuelo qué lo acepto y vivo exclusivamente por él? Es probable. Lo vale.

Segundo color de un cuadro sensacional que imagino pero no puedo tocar. Ni ver.

Mis pies sobre la ruta, mi pensamiento vuela universal.



Sin querer justificar

guigiar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario