martes, 26 de enero de 2010

vas y después...

chupa chupa - las pelotas

Una vida cubierta de gloria
luminarias en el centro del poder
una cara llena de siliconas
en las nalgas y en los pechos también...

La recontra mil puta que te recontra mil
puta, hijo de puta, hijo de puta... ¡hijo de puta...!

De tu mano se caen las joyas
en las villas las luces muy bien
si te siguen seguro tendrán premio
lleno de lenguas chupando tus pies...

Chupa, chupa, chupa...
Chupá... chupa medias, ¡chupa medias!

¡No! ¡otra vez no! ¡No!, otra vez no...
otra vez no...

Ls reverencias siempre serán compradas
todas las puetas se abrirán...
hasta tu tumba será un lecho de rosas
pobres gusanos se intoxicarán...

¿Nunca te dijeron que eras un hijo de puta Chupa Chupa?
Hijo de puta... Chupa Chupa, ¡hijo de puta! ¡hijo de puta!

ja!ja!ja!ja!

martes, 19 de enero de 2010

ni bien amainó la tormenta olvidó...

El pozo de la serpiente - Skay Beilinson

Que salga la bestia de su cueva,
quiero oler su miedo una vez más.
Cazador detrás de su presa...
animal por animal.
Tuerce la boca, clava el mentón
y sacude su cabeza.
Quiere arrancarle los ojos,
quiere escupirle los pies.
Que se pudra en su infierno!
que reviente en su Babel!
Siete lenguas de serpiente,
cien ojos para arrancar,
se oyen gritos de ultratumba
espantando al animal.
Del otro lado del espejo,
la otra cara del terror.
Otro Prometeo sin fuego,
otro San Jorge y su dragón
se ven tan parecidos,
un espejo entre los dos.

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Y que la música permanezca allí, al alcance de tus penas más profundas, al roce de tus sentimientos más extraños, esos que te dicen a cada momento que no perteneces a esta tierra y que como castigo a tu insistencia serás condenado a revivir una y mil veces, hasta el fin de tus días, aquella noche de tu muerte, aquellos segundos en los que tu cuerpo se desangraba y vos estabas allí, presente y descarnado, yéndote un poco más con cada latir de tu corazón. El cuchillo bien metido, sin dejar a salvo ninguna vena dentro de ti, tan majestuoso y ancho que acarició de un filo todo tu ser, y vos allí tirado sin entender por qué, tus ojos se inquietan y buscan flotando en el aire alguna explicación, pero tu mente te dice que allí no estará y de a poco te empieza a doler, es un dolor centralizado en tus sienes y en el medio de tu frente. Tus manos sangran sobre tu herida, tiemblan y no tapan nada, su temblar entorpece tu muerte y sólo te ayuda a sufrir más; tu cabeza allí, empezando a doler con más intensidad, ¡y la bendita muerte que no te llega!

Y que se quede la música para decirte y preguntarte si acaso queda alguien ahí, para enloquecerte con su juego de hacerte pensar si algún sobreviviente deambula tras tu sombra y vos ahí, tirado y escondido de nadie, sin querer saberlo. Y la música ahí, más peligrosa que un gatillo reposa en tu mano como si fuese tu soñado calibre 22, no croma por su piel, pero te deshace con sus mareos, te pasea por satélites perceptuales que no conocés y nunca vas a conocer, pero te pasea igual. Los sobrevivientes no aparecieron, sus voces fueron tan sólo un par de murmullos que arrulló la última canción; una brisa limpia el aire y ya no es tan oscura la noche, entonces vos te sonreís ante la posibilidad de que la música te haya dejado renacer otra mañana, con otro cuerpo, otro amor, con otra oportunidad, pero vos sos otro maldito mediocre quemado con leche que ve vacas y no llora, se las quiere comer en revancha inexorable de la primer quemadura... entonces así mi viejo, perdoname que te insista en esto, pero sobrevivir fue lo peor que te pudo pasar, qué querés que te diga....

La música no va a aflojar, y tampoco se va a comer con vos el baile que te trae el mambo de la competencia, entonces no sólo va a verte bailar, entonces te va a hacer bailar... y vas a tener que bailar como no te gusta, como no sabés bailar, al filo de tus noches, de noches en las que al cerrar los ojos nunca dejarás de vivir aquella noche en la que la muerte no te llegó. Estuviste ahí, vas a hablar siempre el idioma de los desafortunados, de los extranjeros de alma perdidos en esta galaxia que se les reveló pero los condenó con una oportunidad.

Y ya no grites, porque no te van a escuchar, y quienes lo hagan no te podrán entender.

Y ya no esperes, porque esperando vas a derretirte a la sombra, lento y despacio, como un pedazo de vacío en manos del olvido.

Y ya no busques más, ¿no ves que sólo hallarás más y más miseria?

Pero fundamentalmente no creas no merecerlo, porque cada vez que lo intentes la música se va a cordar un poquito más de vos...

sábado, 16 de enero de 2010

el árbol del gran bonete - patricio rey

Su cuchillo de herrero afiló
el Señor en los cielos
(miren lo que este bicho logró
al confiar en sus sueños)

Soy jocker comodín
en la Estrella del Sur.

Sacudido el árbol cayó
un fruto dulce muy raro
tropecé con mis ganglios y ví
que morderlo era caro.

Soy un jocker burlón
de la Estrella del Sur.

Pida lo que usted quiera, Señor
el límite es el cielo, Señor
de un Dios nuevo, mejor hecho
y bajo nuestro pulgar.

¿Volveré a sumergirme, Señor
en este río loco?
¿Tiene usted para mí alguna luz
en esta noche eterna?

Ya me hartó la función
en la Estrella del Sur.

viernes, 15 de enero de 2010

la playa que conocés


Viste vos qué curioso, se hizo de noche y el último no apagó la luz, por el contrario, encendió un velador más. Dame, dame, dame y tendrás era la consigna por aquellos días de veladores por sol, todos enriquecían la parquedad de aquellos días con algo tan sencillo como simplemente tolerar, sin levantar la voz tolerar.
Alguno probablemente pueda recordar ese camino de regreso a casa, e independientemente de su posibilidad (no nos preocupa eso, pues ni caminar se nos ofrece por aquí) nada va a cambiar. Si se va no vendrá por nosotros, por eso no lo esperamos, las más ansiosos son enviados a conversar con el dios velador, quien como castigo les chamusca las pestañas. Ese ritual dura unos momentos verdaderamente imperdibles, cuatro o cinco desaforados lavando sus culpas en torno al dios velador, quien incandescente les va derritiendo suavemente los párpados; ellos bailan cerrando y abriendo círculos constantes en torno al dios velador. Lo mismo hacen los de más allá, y aquellos del fondo también; y quienes admiramos este espectáculo tenemos por gracia callar, ni reír, ni llorar, ni festejar, ni lamentar, sólo callar; y en ese silencio sólo se oyen los rítmicos saltos de los hombres que ansían su perdón. Callamos sin entender el rol que nos toca ocupar en tamaño ritual, no podemos coincidir en si se nos castiga o se nos valora en aquellos momentos, aunque algunos los hay (los menos) que sostienen que directamente se nos ignora, que es demasiado pretencioso fantasear con la idea de que en un sencillo ritual entre veladores y arrepentidos nosotros importemos quizás más...
Sale el sol por algún lugar y a los veladores se les escurre entre gotas la realidad, los arrepentidos (falsos redimidos e impostores) también pierden a la luz del sol y entre gotas su porción de realidad (son las gotas del sudor que les va calcinando la frente)... El sol calienta suave y desde lejos, como concediendo esos últimos instantes de lucidez antes del final, y en su grandeza cabe no obligarlos a bailar, no obligarlos a pedir perdón, pues no los quiere bailar, pues no los perdonará... entonces les concede esos últimos ratos para que ordenen un poco sus pertenencias porque el viaje al infierno no será corto, será más bien largo...
Pasan los minutos y con ellos los veladores van perdiendo esa capacidad artificial de iluminar, el sol sigue trepando y los falsos redimidos ya no saben que hacer con su quietud, se van quemando y no pueden dejar de ver sus frentes sudar, alguno se cansa y se largá a correr... y corre, y corre... pero no se escapa del sol, él sigue trepando incansable ese cielo sabiendo que va a llegar, pase lo que pase va a llegar...
Pasan minutos que se suman y se hacen horas, y así el sol se acomoda magno en la más alto del cielo azul... Con la frialdad de un cínico o con la paciencia de un justo lo primero que hace es derretir a las nubes que no entendieron que hoy no...
Hecho esto se acomoda un poquito más y empieza el espectáculo... los veladores son chatarra sobre la arena, sus bombitas empiezan una a una a estallar, sus caños se empiezan a derretir, y los mareados de siempre, los falsos redimidos de anoche, se entierran los rostros en esa misma arena escogiendo la asfixia antes que la ira del sol... quien nunca les dijo nada pero les dio a entender todo.

miércoles, 13 de enero de 2010

y qué carajo entendés por alma


Y cómo no iban a enloquecer si tan sólo tenían por dar cariño, si esos ojos llegaban cansados de atravesar lluvias de arena por las noches, si no se necesitaban pero saboreaban lo atrevido de imaginarlo.
Cómo no iban a querer un poco de placer si el mundo había visto desfilar los restos de sus últimas sonrisas, abandonabas todas al gentil recuerdo de alguna foto inmortalizando algo que tampoco fue real...
Él la escuchaba despacito, ella se burlaba de como él la iría a quedar aquella vez; ella siquiera podía presentirlo y entonces se burlaba por largas horas ignorando que también él estaba pudiendo hacerlo, como lo hacía ella, pero también de si, fundamentalmente de si mismo.
Entregados a la buena de la noche no supieron como tolerar un cuerpo sin alma, los refucilos del cielo parecían finales desperdigados en el ambiente que sólo tenían por fortuna elegirlos a ellos sobre al azaroso manto que era la tempestad. Eran conscientes de eso y escogieron agarrarse las manos para que independientemente del final que les toque en gracia aquella noche, los encuentre juntos; la suya tenía un poco más de miedo pero a la vez más convicción, la de él estaba seca pero se prendía fuego por tocar y así fue.
Sospecharon que fuera tal vez como ponerse frente a otro espejo, con tantas o más grietas que las del interior, que tan sólo escupiría bolas de fuego que surcarían la habitación hasta dar derecho en las almas. Lo sospecharon tanto que lo hicieron real, y así pasó... Bolas de fuego iban y venían tocando y quemando cada detalle de la habitación, las palabras se amontonaban en el aire y se apilaban en un universo de sentidos adorables, el mismo del que tanto buscaban escapar, sin éxito verás...
Suponiendo que aquello no haya sido más que algo tan imprudente como el sabor que sólo podía tener una oportunidad, suponiendo que no vieron bien y considerando que aquellos segundos eran bendiciones en comparación con los palos que hasta hace horas les sacudían el alma, se justificaron el pifie argumentándose que necesitaban unos ratos así.

Dijo de aquellos días, tiempo después: "qué locura, era como correr sin saber porqué, sin saber hacia dónde, pero correr sin poder siquiera detener la marcha para poder respirar, pensar, decidir hacia dónde ir... correr y correr como si fuera lo único que lograra mantenernos con vida".

Ella lo miró nueva, como salida del rincón más cálido del infierno, nueva, y casi sin querer sonreír pero no pudiendo evitarlo le cerró un ojo con un beso y le susurró: "qué desesperación mi vida, con decirte que entre tanta angustia sólo recordé tu número y entendí que algo no andaba bien... que algo no debía andar bien."

Pasearon juntos un buen rato, pero un segundo antes de decirse adiós se agradecieron la torpeza de haberse salvado las vidas, el uno al otro, y ese agradecimiento fue tan silencioso, sincero y justo que no hubo que decir más.

martes, 12 de enero de 2010

que temón ramón


Adieu! Bye Bye! Aufwiedersehen! - Indio


Llegando al final él cree que la línea se cortó.
-Sexi bomba!
y el chulo Cheche!
Las cuentas... las deudas que entretenía ya pagó.
Se siente en paz... adieu! bye bye!

¡La vio bailar en la barra americana y no dio más!
(no es la Chanchita Rivera quien pierde el dinero de su bar...)

Con juego o si juego él nunca pide un naipe más
-Sexi bomba!
y el chulo Cheche!
Con sus bolas llenas de celulitas cálidas
se siente en paz... adieu! bye bye!
Las últimas aventuras, victorias oscuras de viejos trips.
(Es otro más... prisionero que se toma en serio el juego de amar...)

El pibe que sabe mucho sobre la muerte viste bien

Aufwiedersehen!
con su ropa de plomero, olor a leyenda va a tener...

Se cree un campeón veloz, su cacharro está muy mal!
-Sexi bomba!
y el chulo Cheche!
Ella es dueña de fuerzas de amor... bloody filha da puta!
Se siente en paz... adieu! bye bye!
Vomitando en la cochera, ríe y promete un trago más.
Aufwiedersehen!
Antes de juntar pelusa huye del día, así, sin más.
Solita, llora...

Se siente en paz... y como siempre... adieu! bye bye!

viernes, 8 de enero de 2010

pio pio pio

Es verte llorar y no entender el porqué, son momentos en los que te miro llorar, llorar y llorar por eternas horas a la vez que paseás esas penas a los golpes entre las paredes de cualquier habitación, y si por caso en lugar de cualquier habitación es el cielo escenario de verte llorar, llorar y llorar, tus penas arrastrás de cara al suelo por la nuca al sol, o a las nubes.
¿Entonces qué pensás que podés entender, entonces dónde irás a meter tantas risas cuando esto acabe y puedas despertar?
A todos nos marea este mundo -y verás que no es ninguna novedad- incompleto de almas y abandonado a la buena de un par de mediocres dueños de todo el poder que ellos mismos se inventaron -verás, también, un claro ejemplo de su mediocridad-. A todos nos marea este mundo y la nube tóxica que se nos vende por aire dentro de él y que puebla las calles de cualquier ciudad, pueblo, e incluso hasta algunas -aunque las menos- aldeas; nube tóxica que envenena poco tras poco, despacito, de un modo imperceptible por las calles de cualquier lugar.
Se trata de un veneno que nos toma los pulmones, nos recorre la sangre, nos sitia el cuerpo, y sólo recién ahí nos mimosea la conciencia para luego ultrajarnos el alma.
Recuerdo que hace algunos años hubiéramos reído bastante ante la ocurrencia de que aquel período crítico de envenenamiento en el ser humano se daba por años de la adolescencia, años en los que revelarse o manifestarse en disconformidad de tal o cual cosa, por insignificante que fuera, tenía -o al menos parecía tener- una importancia vital para esa parte del alma que solía sufrir por las injusticias y que le alcanzaba tan sólo manifestarse para satisfacer al menos una parte de si; y una vez derrotado el humano en ese período de eterna resistencia que es la adolescencia, finalmente acabaría por perder paulatinamente su cuerpo, su conciencia, y su alma en intenciones de la la nube tóxica que puebla cualquier ciudad; ambas (la nube y la ciudad) fieles reflejos del mal sueño de aquellos mediocres que se toman a grandes cucharadas las dosis del poder que ellos mismos se automedican, logrando así una mayor armonía en el caos que quizás alguna noche no los deje dormir.
Hubiéramos reído suficiente con aquello, y nos hubiéramos dispuesto a seguir riendo para encontrar así más explicaciones a tanta mierda que nos cae del cielo, pero hoy es verte llorar y no entender el porqué, si se supone que a tu edad (a tus años de vida) esas penas que te muerden no deberían ser más que fotos pegadas en alguna pared, o papeles escritos guardados en algún cajón. Verte llorar y no hallar el lugar en el que escondiste las risas, porque hacerlo supondría una buena cueva para que escondidos hallemos una buena razón y así escupir de una buena vez todo este veneno; y es entonces que razono que jamás encontraré ese rincón de las risas porque ese rincón básicamente no existe, porque que un lugar así quede entre nosotros y a nuestro alcance supone un riesgo que los mediocres entendieron que no les conviene correr. Entonces entendemos que estos mediocres, consecuentes con sus cálculos del riesgo, han ido pulverizando esos rincones y todas las risas existentes a fuerza de decisiones, haciendo de esos rincones lujosos cultos a su imaginación.
Es verte llorar y alegrarme de eso porque te conozco, y en la medida que llores habrá alguna penita queriendo convertirse en una buena razón -esperanza que nos dirá que algo allí en tu alma nunca se envenenará-.

martes, 5 de enero de 2010

(Dios en tan poco cortés)


Fanfarria del Cabrío - Patricio Rey

En el año de la fiebre
por descuido del Señor
llegó el que no tiene tiempo
el diablo más veloz
arrastrando los pies.

Ni cuando robó el fuego
tuvo esa rapidez.
No vino hasta éste mundo
a caerte en gracia a vos.

Le prohibieron la manzana
solo entonces la mordió
la manzana no importaba
nada más la prohibición.

El cuerpo del delito
se esconde en su corazón
Luzbelito está creído
que fué él que nació en Belén.

Demonio de lengua de oro
(Dios en tan poco cortés)
llegó y pateó la Caja de los Truenos
y sonrió...