martes, 28 de septiembre de 2010

No son de acá, pero sin embargo lucen la calma de quienes lo han visto todo, de quienes lo han besado todo, y quizás justamente aquellas percepciones los doten de un cierto encanto particular, de cierto sabor a libertad. Con las horas nos convencemos y consideramos que cuanto más sujeto te creas más necesitarás de sus comisuras, de sus suaves roces de verdad.
Respirar y sólo eso, existir sin pretender más que eso; justo en ese momento en el que contemplar no lastima si viste que vos tampoco sos de acá, probablemente sólo te hiera, sólo te canse, sólo te mate, ¿pero qué más, cuántas veces puede uno morir? elegimos pensar que aquello sucederá las veces que sean necesarias, o bien para entregar la vida a morir una y mil veces hasta el final, o bien para que llegue desde adentro el tan soñado "ya basta"...
...Pero que no son de acá, y algo en ellos dicen que nadie es de acá, pero también cuentan acerca de la plaga en que se ha convertido la ceguera entre los nuestros, y nos cuentan que pocos han asumido el sueño de bañarse en otras aguas, de cambiar de teatro sin que por eso el sol deje de encenderlos...
si aquellos -que no son de este mundo - han venido también por vos, la lucha es ahora tuya, contra vos.

jueves, 23 de septiembre de 2010

y que no quede un sólo edificio en pie en la ciudad, y que no quede habilitada ni una sola boca de subte, y que quienes lo calculan todo todo el tiempo no sepan qué hacer con toda esa desesperación servida en plata sobre sus mesas... no les va a quedar otra, se la van a tener que desayunar.

jueves, 9 de septiembre de 2010

con la furia de querer expresarlo todo en tan sólo siete minutos despertó aquella mañana,
enseguida notó lo improbable de tal terea, quizá por el sudor que derretía sus manos
siempre supo que no lo lograría, pero no por eso no lo intentó.
quedaban cuatro minutos cuanto por fin las nubes abandonaron su cabeza
y cuando finalmente pudo ver el horrendo decorado de sus días entendió que ya no bastaba con expresarlo todo, por más que tuviese a disposición todos los minutos del mundo, ya no le bastaba con expresar, quería romper, quebrar, deshacer.
jamás sintió tal desolación, pues pudo expresarse todo lo que tenía por decirse, pero con tan sólo cuatro minutos nada pudo romper, quebrar, o deshacer.
así cada mañana intenta despertar un rato antes para ver si el tiempo a su favor lo inyecta de la furia y el valor necesario para deshacerlo todo.