Con respeto y misericordia es dedicado, muy en el fondo, a San la Mierda, padre de muchos llantos y alegrías.
Propios y ajenos suelen verlo así, también, tan bien.
Pudo, tal vez, haber sido mejor… no lo fue. La perseverancia va encomendada al padre de todos los llantos y alegrías.
amen.
Entre vuelta y vuelta sospecho que se te olvida quien sos (quien sabés ser). Entre palabra y palabra vas moldeando al redentor y, al menos por minutos, somos un poco más libres bajo tu capricho, un parsimonioso malestar... (tu letra no corrige tu alma, ni tu mente a tu imaginación... ya das cuenta que siempre fue así)
No naciste para estos trotes y no lo negás...
Tu alma nos dice al oído que no gusta de tu sillón,... (soltás el grito y a rebalsar!)
No sos vos frente al espejo, es el espejo frente a vos y el grito ya es ensordecedor, aunque nunca lo es todo.
Viaja la música por el suelo, acariciando sangre y existencia, sube de a ratos a otra dimensión, una de cariños y lealtad... vos jurás que no es la misma y entendés bien a cuál pertenecemos acá, de este lado de la sinceridad.
¿Es todo lo que tenés para ofrecer?... Algunos consejos y de nuevo a amanecer...
-“Nunca estaciona la verdad junto a un fusil.”- Dijo entre copas mientras no paraba de reír, o de llorar.
La música es todo y a la vez no... (no justifican tus egoísmos tremenda manifestación, menos ante las narices de los que en el fondo esperan un paso más...)
La ciudad ante tus ojos no es la misma, contás que desde el infierno se ve un poco mejor y así es,…
-“Crees verlo todo y al final de cuentas ves donde no se debe ver.”
-“Acomodás palabras donde solo caben gritos y libertad.”- Dicen esas voces que se van rajando a lo 600 de la realidad.
-“¿Hasta cuándo con el cuento de ser sin querer serlo, hasta cuánto rey de la tribu?”- ¿Dice tu sueño un instante antes de despertar?
En algún lugar de tu almohada (esa muy cómoda que no parás de extrañar) escondés los sueños que no te dejan vivir cuando elegís dormir... “ellos saben siempre donde estás...” ellos te persiguen siempre a donde escapás. Ni un paso más, siempre ahí, bajo la vista de lo previsible.
Propios y ajenos suelen verlo así, también, tan bien.
Pudo, tal vez, haber sido mejor… no lo fue. La perseverancia va encomendada al padre de todos los llantos y alegrías.
amen.
Entre vuelta y vuelta sospecho que se te olvida quien sos (quien sabés ser). Entre palabra y palabra vas moldeando al redentor y, al menos por minutos, somos un poco más libres bajo tu capricho, un parsimonioso malestar... (tu letra no corrige tu alma, ni tu mente a tu imaginación... ya das cuenta que siempre fue así)
No naciste para estos trotes y no lo negás...
Tu alma nos dice al oído que no gusta de tu sillón,... (soltás el grito y a rebalsar!)
No sos vos frente al espejo, es el espejo frente a vos y el grito ya es ensordecedor, aunque nunca lo es todo.
Viaja la música por el suelo, acariciando sangre y existencia, sube de a ratos a otra dimensión, una de cariños y lealtad... vos jurás que no es la misma y entendés bien a cuál pertenecemos acá, de este lado de la sinceridad.
¿Es todo lo que tenés para ofrecer?... Algunos consejos y de nuevo a amanecer...
-“Nunca estaciona la verdad junto a un fusil.”- Dijo entre copas mientras no paraba de reír, o de llorar.
La música es todo y a la vez no... (no justifican tus egoísmos tremenda manifestación, menos ante las narices de los que en el fondo esperan un paso más...)
La ciudad ante tus ojos no es la misma, contás que desde el infierno se ve un poco mejor y así es,…
-“Crees verlo todo y al final de cuentas ves donde no se debe ver.”
-“Acomodás palabras donde solo caben gritos y libertad.”- Dicen esas voces que se van rajando a lo 600 de la realidad.
-“¿Hasta cuándo con el cuento de ser sin querer serlo, hasta cuánto rey de la tribu?”- ¿Dice tu sueño un instante antes de despertar?
En algún lugar de tu almohada (esa muy cómoda que no parás de extrañar) escondés los sueños que no te dejan vivir cuando elegís dormir... “ellos saben siempre donde estás...” ellos te persiguen siempre a donde escapás. Ni un paso más, siempre ahí, bajo la vista de lo previsible.