lunes, 14 de septiembre de 2009

Nelsón, vigilante.

¡Urra! por Del Potro, ¡urra! por un tipo que enaltece al deporte nacional, ¡urra! a un hecho histórico que hincha el pulmón del pueblo con la gloria de un pendejo de veinte años que ganó en un partido de tenis una guerra que nos dará prestigio como nación durante veinte años más.

Se rumorea (pero es debido preservar la fuente) que quienes más contentos están con esta fantasía de dólares y relatos en neutro son Gaudio, Zavaleta y Chela, quienes se garantizan con este título otros veinte años de putas, fiestas y champagne.

"¡Qué alegría!"dirán las páginas mañana en la mañana, con qué color saludarán a esta guerra ganada por un argentino en tierras del primer mundo; qué orgullo sentirán mañana millones de tipos cuando al levantarse se miren al espejo y se sientan campeones del último Grand Slam de la temporada 2009 del ATP tour; muchos más felices los hará el hecho de que el derrotado no sea otro que el mejor del mundo, para algunos el más brillante y elegante jugador de tennis de todos los tiempos.

Y así, durante unos días, estos soretes se van fumando la lata de las fiestas eternas, de las noches diurnas, y de los asados bajo lluvia.

Y qué carajo le importa a Nelson si otro forro en este planeta se llena la casa de guita, la cucha de perros y la cama de gatos, y qué carajo le importa a Nelson si de millones de soretes que se comen el mundo día a día al menos uno lo hace jugando al tenis, y encima es argentino; qué mierda se va a andar fijando Nelson en un tipo que gana fortunas solito, mientras millones se sienten mejor viéndolo festejar en inglés desde un televisor.
Que vayan al obelisco, si, pero que después se vayan con sus guirnaldas y "sus hamburguesas con papas y la coca sin hielo" a la puta que los parió, uno a uno carajo.

Este Nelson no cambia más.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Walter invade la tierra!!!!

Insoportables, tipos que si los cruzás al toque te cae la ficha de lo pelotudos que son. Conocí por lo menos dos, y juro que sus caras no son muy distintas de lo peor que puedan imaginar. Son caras de desgracias, de héroes sumergidos en espejos y viudas espantosas, una cosa de no creer.
Conocí por lo menos dos, y cuando charlando con Walter hacíamos referencia a estos giles, me quedó sonando aquello que dijo cuando afirmó: "El nabo de la brigada tiene una pinta muy colorida y peculiar, pero no creo que su cara de salame pueda salvarlo de lo nabo que es; ¿el otro?, no te das una idea lo pedazo de gil que es el otro, tiene la cara dura y pegajosa como un chicle, es un chicle, un tipo que es lo que deciden todos los demás dientes".
Walter nunca le erraba, y eso que podían decir de él lo que quisieran: que no iba a la escuela porque prefería chupar vicio con los pibes de la plaza, que no tenía dos sonrisas iguales, que mataba a su sombra por una oportunidad. Un millón de cosas podían decir de Walter, pero él nunca la erraba, y cuando decía sospechar que tal o cual no hacía aquello que bien sabía decir, no pasaban más de tres días sin que "tal" o "cual" aparecieran envueltos en una tormenta de miradas que descubrían que nada de lo que brillaba sobre ellos era verdad. No menos ciertos son aquellos días en los que Walter predecía "suertes y finales para tipos elementales", e insisto, nunca le erraba.
Los más borrachos del pueblo decían que Walter había nacido para eso; y eso se trataba de andar dejando al descubierto idiotas en cumpleaños, trabajos, y facultades, eso era reírse (mucho) sobre las migas de su enemigo acalorado tras haberse encontrado sin antifaz..
Me decía que el nabo de la brigada y el chicle eran dos tipos fuertes como un castillo hecho con naipes, un castillo donde ellos dos eran los naipes que coronaban (sin antena) tan sólida e imponente construcción, me decía también que sus ideas pegaban la vuelta al mundo al revés, que estaban convencidos de haber "descubierto todo" desde dentro de una taza de café...
-¿Entenderán mi sueñitos lo mismo que captan los ojos de Walter, o será que otra vez intenta acribillar a su sombra?-
Hoy se dedica a cuidar patos dentro del bosque: los perfuma, los peina, los lleva al patio y a la noche los pasa a buscar. Cada tanto se pega una vuelta y trae fotos de Melmac.