domingo, 27 de mayo de 2012

UNA CASA CON DIEZ PINOS
(fumar o dibujar, para qué complicar...)
















“¿Y cuánto influye el sol?” se preguntó y no pudo recordar cuánto. Sin embargo lo sentía, lo padecía, y no podía descifrar cuánto.

“Te activa por las mañanas…” recordó y algo en él se movió, se corrió de su eje; enseguida pensó que aquello era la necesidad, que desde ese momento ocupó un lugar inamovible en su interior clavando su uña entre ojo y ojo.
Lo sentía lejos, no recordaba desde cuándo no despertaba bajo él, activado por su calor. Fueron enormes ratos de duda, de subir y bajar las escaleras intentando hallar algo de calma, buscando quizá acomodar nuevamente esa necesidad en otra parte de su interior, y así trataba en vano que el rebotar por los escalones produjera esa sacudida que desencarnara de entre sus ojos la uña aguda de la necesidad, quería cada vez con más furia correrla de ahí donde quedó, arrojarla a otro rincón.
No podía. A pasos empezaba a fastidiarse cada vez más, ya no en la escalera, ahora yendo de la cama al living, furioso. No oía, todo a su alrededor se movía y no distinguía ya siquiera el sonido ambiente, pues en su mente se gritaban ideas superponiéndose unas a otras, e idas de las malas, aquellas que a ningún lugar conducen, que nada programan, y a las que todo les falta. Motivado por la ira empezó a sudar, olvidando completamente que lo que buscaba era algo de calma.
La ausencia lo devoraba por dentro a la vez que se estrellaba contra el piso cuanto quedara al filo de sus tormentosos arrebatos. Cayó el piso sin siquiera poder llorar o gritar, su mente lo sometía.
En ese instante, o en alguno de ellos, al menos por un segundo pudo recordarse a si mismo, y se recordó en un domingo oscurecido, de otoño, frío hasta por ahí no más, pero sin sol, sin calor. Se recordó inquieto y quiso no volver a estarlo, se halló frustrado y pensó en serenarse. Respiraba y esas ideas desaparecían al paso que lo invadía el sonido ambiente. Sintió coches yendo, viniendo, frenando; moviéndose. Sólo entonces creyó no estar sólo en su necesidad, pensó en los demás, en todos los miles a la redonda que ahora se fundían en un sonido ambiente entre metálico y silvestre que lo devolvía al planeta que ocupaba.
 Tuvo la certeza de no estar sólo ante semejante necesidad. Ya con algo de paz abrió el balcón y se asomo pálido de placer, no estaba sólo, eran miles los que oía, pero seguro millones los que también esperaban el sol.
Respiró y una otra vez, y así un montón más. Recordó cuánto influía y pensó que no pasaría mucho más sin volverlo a ver, se dijo a su interior: "porai mañana" y apagó el dolor.

martes, 27 de septiembre de 2011

y que sea la hora, que ya no se puede esperar más.. sabemos que el sol no se va a descolgar, pero de todas maneras arde dentro no poder (por hoy) sentirlo.. si está allá.. a tan sólo kilómetros, a tan sólo movientos, a tan sólo una decisión..
y la hora parece que no será, habrá que entender (y fascinarse) ante la realidad.. la realidad que nos muestra que la hora no será, que la hora no vendrá por nadie.. habrá que solamente decidirla, elegirla.
para sentir que moverse en si mismo es un acto para nada alienante, para nada rutinario, y tras sentirlo entenderlo, comprenderlo, y recién allí decidir el propio movimiento, a cada paso, a cada árbol, a cada casa, a cada abrazo.. sonreír queriendo hacerlo, sonreír porque es la única salida posible de nuestro cuerpo ante la alegría, sonreír y así dar muerte a tantas frustaciones, a tantas histerias, que no son otra cosa que espejos de las pesadas cadenas que nos sostienen, que nos contienen..
liberar el cuerpo del peso, de la realidad digitada, impuesta, y mal vivida, liberar al cuerpo del deber.. ese deber al que siempre se le debe y con el cual nunca se salda la deuda.. ese deber que te rompe las rodillas para que no puedas correr, ese deber que te mantiene estable, quieto, frente a tantos canales como tu saldo te permitan pagar..
y claramente la hora no viene siendo, ni tampoco lo será simplemente porque creamos que necesariamente tiene que llegar.. será en la medida que la hagamos, que lo toquemos, que la priorizemos.

miércoles, 24 de agosto de 2011

la hora viene doblando a la esquina

y es que los gorros invisibles y coloridos sobre las cabezas quedan tan bien..

botellas danzando y rebotando entre manos, enteras y cortadas, pero siempre llenas

las palmeras bajo el sol y esa nube.. esa nube nos dan un rojo tan natural, tan nuestro..

todo dispuesto, tirado sobre la mesa, también vino por hoy la verdad

el tiempo por esta noche no se fragmenta, y se vive de a un solo rato, de a sentidos

todos alegres y riendo y también un poco retorcidos, pero vivos, unidos y bien vivos

Quizás algunas prefieran que se les haga la hora

y otros escojan peinarse antes que ponerse transparentes gorras

querrán beber en vasos prolijos y preparados con sus dos cubitos de hielo

y tal vez las palmeras les sean tan solo una lámpara.. si, envuelta en celofán

la verdad solo les será de sus relatos, no de sus interpretaciones, no la verán

van a mirar sus relojes y al ver nuestras caras no encontraran sentido.

todos sentados, cruzados, y hablando entrecortado.

martes, 5 de julio de 2011

careta

qué no vas a correr? y porqué no sabés a dónde?
pero si lo que querés es moverte, irte, correrte.
corré igual, a algún lugar vas a llegar, o al menos de algún lugar te vas a ir.

que el mes, el día y la hora existirán pero que será a su debido tiempo,
que el ciclo nace en el corazón, y que obedezcan tus ideas es la tarea.. (y sólo la primera)
no claro, no será sencillo, pero que si lo es?
cierto, aquellas sensaciones que nacen del conformismo si que son sencillas,
fáciles de llevar... de llevar, pero a dónde? si así no te vas, si así te quedás,
días y días de más... con sensaciones fáciles de llevar a ningún lugar,
quizás tan sólo al funeral, y luego al cementerio, y tal vez luego a algún lago..
(o con suerte una semana a buzios y otra a nueva york, después a trabajar)

es mejor correr, sentir el viaje y el viento en la frente
y si crece la frente o el viaje se hace largo más lejos vas a llegar,
y por ahí cuánto más lejos llegues recuerdes de tanto en tanto a dónde vas,
porque de dónde venís no te vas a olvidar más.

miércoles, 26 de enero de 2011

hombres sobre hombres y humos tras otros,
hombres mirando de reojo -relojeando- envueltos en rudas frazadas,
hombres que viven sus horas en sordos debates, y otros que embellecen todo tipo de espanto;
hombres suavecitos, tibios, de sonrisas de manual y frases de enciclopedia,
hombres frágiles como tu memoria, la misma que solo te recuerda aquello que pudiste ser,
la misma que sólo recuerda a hombres atentos y gentiles, "tan soberbios y despiadados";
bombas aturden hombres, bocinas les dificultan pensar, trabajos no los dejan mover,
ocasionalmente buscan mujeres que no los dejen actuar, que los condenen a temer.
hombres que se diluyen, que no salen al sol, que se refugian de la lluvia;
hombres sobre hombres sin siquiera notarlo,
hombres respirando a condición de ceder su vida a noctámbulos temores que jamás les darán algo de su merecida libertad.