martes, 19 de mayo de 2009

los vemos morir - otra vez -

las paradojas del destino nunca consultan acerca de momentos inoportunos,
razón suficiente para creer que está vez la bofetada es sobre mi rostro.
me miro los dedos y no hay gatillos, me miro los ojos y no hallo verdad que justifique la celda en la que se ha convertido este lugar.
arenas que devoran océanos y nubes que ennegrecen el cielo suelen ser las fotos que adornan este albúm desde que comprendo que te has ido;
afortunadamente te busco y te encuentro en tus poemas,
afortunadamente hay gente que no muere,
desafortunadamente cada vez son menos los inmortales que velan despiertos este mundo en llamas ofreciendo relatos, cuentos y poemas para poder despertar.

ya no creemos en las estrellas, tampoco confiamos en el consuelo,
nos viene criando el abandono entre unas cuantas letras cargadas de valor (¡amor!).
ya no nos comemos la ensalada que condimenta dios, pero tampoco digerimos fácil este dolor,
nos abrazamos de noche y de espaldas, sin vernos los rostros, sin poder acariciarnos,
pero somos hermanos que son hijos de obras como la tuya, que ilustran esta oscuridad.

chau mario, los ideas sobran y los poeman no alcanzan para darte las gracias,
se apaga esta vida sobre un cenicero mojado y una hoja que pide tinta a los gritos,
se enciende la esperanza con letras como la tuya, se combate el miedo con seres como vos.