jueves, 3 de diciembre de 2009

eso no me arregla

Te he vuelto a encontrar cara de buena fortuna, te he visto pedirte un regreso pero ten calma que ésta va por vos.

Se inmolan manos sobre tambores, los ojos se sienten listos y el mundo se comienza a desnudar. El invierno no sólo trae frío y desconsuelo, sino además un pasaje de ida para este tren que recorre estaciones de miseria a lo largo de toda la ciudad.
¿Has visto en el viento algo que desearías ocultar detrás del sol? Pues será esta tu hora, verás que lo que matas tarde o temprano se toma la molestia y te lo viene a cobrar.

Bajás a la fuerza, rodando y simulando el baile. Ellos están ahí y no se detienen, tocan y tocando encienden toda la tierra a sus pies; saltan, se agitan y ya no son sólo ellos, somos todos quienes nos quemamos allí. No se detienen, buscan confundir a los demonios que pueblan este lugar.
y así van... los oyes gritar y reír por encima del fuego, el ritmo esclaviza al tiempo y vos, cara a cara, tenés miedo de descubrir quién es quién...

El fuego da sólo humo y las ideas van trazando en el aire delicadas piruetas, muy bonitas por cierto. El fuego quema y te invita a esta fiesta en la que no teme ningún mortal, se te arruga la expresión y dudas si aceptar o no.

¡Arriba, arriba, ciegos los ojos pero atento el corazón!

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