jueves, 5 de junio de 2008

Secretos de un secreto bajo la hora que pronto será

No se puede explicar demasiado... no hay mucho que explicar por otro lado.

De un lado habitan los hombres que juraron nunca olvidar sus mares. Viven escondidos, esquivando cascotazos por las noches. De vez en cuando se los oye otorgarse permisos en voz alta cuando buscan respirar. Tienen miedo pero lo ignoran, viven creyendo que sus pesadillas son escuela y, mientras tanto, se preparan para dar el golpe que ya planearon los libros que atesoran.
De vez en cuando sangran, eso lo saben, lo ven, pues ya es evidente...
Del otro lado viven sus hermanos, los que lanzan los cascotes, los obreros de la oscuridad. Estos tipos son siniestros pero inocentes... después de todo es la vida que alcanzaron a comprar. Los de más allá podrían (y de hecho alguno que otro, en defensa propia, lo hace) acusarlos de egoístas... más de uno podría odiarlos y con razón. Sucede que estos hermanos son obedientes, comen lo que papi les da y siempre les parece suficiente, muy rara vez se cruzan miradas insatisfechas, éstas nunca prosperan y terminan por afilarse los dientes antes de acabar el postre.

Sus cabezas no están sanas. Las nuestras tampoco...
Los hermanos no se reconocen entre los cascotazos,
papá, como ayer, lo ha hecho muy bien esta noche,
el polvo acaba donde debe morir y el nudo crece donde debe nacer...
Sus cabezas no están puras. Las nuestras tampoco...
Algo en el espejo les dice que se parecen y sin embargo no lo ven,
papá, como anoche, lo soñó muy prolijo en la mañana,
el humo apacigua el paso de sus latidos y el grito es acelerador...

La cena esta servida y Juan no obedeció algunos minutos, teme ser visto por papá.
Él perdona sus genes y ofrece un poco más... sabe negociar el precio de la libertad...
La nieve es de todos, una vez más papá se jugó y les regaló un carnaval.
El postre esta al acecho y Luis no esta del todo conforme, algo le dice que papá lo notó.
No lo mira por sobre sus hombros, sabe que es lo mejor que puede hacer...
Luis pide disculpas y se retira a meditar, no aprendió a regatear y menos aún la libertad.

Van y vienen los cascotazos en la habitación. Se sacan los ojos por escoger el más grande, el que más llame la atención de papá. Entre el polvo se pierden las manos y esto no es problema, pues aprendieron a operar con los pies.
Los golpes no son más que ruidos... papá pareció pegar un grito...
Crece un nuevo hermano y va en busca de su cascote...
Papá pega otro grito y los manda a la plaza sin cenar... pase lo que pase papá sabe que nunca olvidará el precio que él mismo puso a la libertad.
No hubo cena, cada vez son menos platos... cada vez son más cascotes, más hermanos.
Rara vez papá festeja sus ocurrencias, no lo dice pero ya no les teme, él no olvida que hizo edificios del cascote más peligroso que amenazó la ventada de su dormitorio... El no olvida que tiene al menos un museo donde los cascotes valen oro...

Así pasa la vida papá, comiendo nuestras cenas, apilando nuestros cascotes, vendiéndonos fotos de aquellos que lograron valer oro.
Sabe negociar el precio de la libertad...

1 comentario:

  1. La nieve es de todos, una vez más papá se jugó y les regaló un carnaval.

    A veces no somos libres de apretar o no el pomo, a veces apretar es sinonimo de no tener mas remedio.

    A veces pense en Alejandro Dumas insirpandose en palabras de guigiar para narrar la escena de Edmundo Dantes en su celda, dándole primordial importancia al objeto libro, el verdadero revolucionario en la cadena de la revolución, junto con el hombre y sus ideas.

    A veces pensé en Steinbeck y su retrato de Adam Trask con sus hijos. El uno. Y el otro (el otro en cursiva iría).


    A veces pensé en darle a los lanzacascotazos, el manifiesto de la Plaza San Martín.

    A veces no se lo que digo.
    Y a veces estoy demasiado seguro de lo que digo: cuando en mi vida dije a alguien "te espero toda la vida".. y cuando en mi vida le dije a usté que es un Mr hermano y que lo adoro y que aunque me enferme la cabeza de frío jamás usaré sombrero adelante suyo.

    Abrazo de prontas novedades respecto a nuestro proyecto.

    rambla

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