Es más fácil ver las cosas así. No nos creemos el chiste de ser felices, menos el de ser superiores... poco quedó de aquella fiesta a la que no fuimos invitados pero llegamos igual, mucho hay de platos rotos que debemos rearmar.
No pedíamos permiso, éramos groseros hasta en el modo de amar... conocíamos el secreto pero igual queríamos un poco más, sentimos (en aquellas noches) que algo bueno debía salir. No sabemos por donde andamos, nos confundimos bajo los ojos del nuevo patrón... odiamos más de la cuenta, desarmamos más de lo que debemos... ¿pedimos más de los que merecemos?
Cobarde espíritu revolucionario que te ladra al oído por las noches, más cobarde modo de pensar debajo de la mesa… alguna tarde creí haberte visto en mi vereda o haberme visto yo en la tuya. Hoy el tiempo pasó tan veloz que no te reconozco siquiera desde la esquina… probablemente me haya perdido antes de empezar y (más probable aún) muera antes de nacer.
Algún recuerdo nos seca el paladar, nos frunce el la piel y nos arruina la memoria, nos vemos de rodillas y vendados, nos herimos a puñetazos limpios en el alma. No es idiotez, creo que es rencor. La frustración nos pisa los cordones y los cimientos cayeron justo sobre nuestras manos… arruinaron nuestra fascinación.
Crucé aquella puerta jurando que nunca me perdería en aquel interior. Dije, un millar de veces, que jamás amaría las reglas del juego, que mi misión sería destruirlo… sé que nunca lo creíste demasiado, sé que no me diste fe, sé que no me diste amor. Me soltaste la mano antes que lo pida, lo veo claro (no pudo haber sido peor).
Tan cobarde hasta en el modo de sentir, juego a que aún te extraño…
(La otra noche encontré en tu rostro un nuevo modo de amor, reconozco que hace rato no me quedaba sin palabras por decir… la sensación no era nueva, pero era hermosa otra vez. Registro que volví a enamorarme de tu astucia, volví a creer en tu grandeza. Tal vez todo muera en mi cabeza, tal vez nada nazca en mi corazón…
Tu mano vive entre mis recuerdos… tus ojos limpian mi sueño…
No sos la misma persona que empecé odiando, sos aquella que siempre quiero encontrar… a veces me pierdo, no lo digas demasiado que cuando más grande es el capricho más pequeño es el corazón.)
Vuelvo a verte a los ojos, a vos, que estás en el otro extremo de este círculo que me encierra s cada instante un poco más. Te digo que te odio, que te quiero lejos, que no te quiero ver más… decís que no es justo, que ya no puedo decidir… que el precio esta puesto y que yo lo conozco bien…
No pedíamos permiso, éramos groseros hasta en el modo de amar... conocíamos el secreto pero igual queríamos un poco más, sentimos (en aquellas noches) que algo bueno debía salir. No sabemos por donde andamos, nos confundimos bajo los ojos del nuevo patrón... odiamos más de la cuenta, desarmamos más de lo que debemos... ¿pedimos más de los que merecemos?
Cobarde espíritu revolucionario que te ladra al oído por las noches, más cobarde modo de pensar debajo de la mesa… alguna tarde creí haberte visto en mi vereda o haberme visto yo en la tuya. Hoy el tiempo pasó tan veloz que no te reconozco siquiera desde la esquina… probablemente me haya perdido antes de empezar y (más probable aún) muera antes de nacer.
Algún recuerdo nos seca el paladar, nos frunce el la piel y nos arruina la memoria, nos vemos de rodillas y vendados, nos herimos a puñetazos limpios en el alma. No es idiotez, creo que es rencor. La frustración nos pisa los cordones y los cimientos cayeron justo sobre nuestras manos… arruinaron nuestra fascinación.
Crucé aquella puerta jurando que nunca me perdería en aquel interior. Dije, un millar de veces, que jamás amaría las reglas del juego, que mi misión sería destruirlo… sé que nunca lo creíste demasiado, sé que no me diste fe, sé que no me diste amor. Me soltaste la mano antes que lo pida, lo veo claro (no pudo haber sido peor).
Tan cobarde hasta en el modo de sentir, juego a que aún te extraño…
(La otra noche encontré en tu rostro un nuevo modo de amor, reconozco que hace rato no me quedaba sin palabras por decir… la sensación no era nueva, pero era hermosa otra vez. Registro que volví a enamorarme de tu astucia, volví a creer en tu grandeza. Tal vez todo muera en mi cabeza, tal vez nada nazca en mi corazón…
Tu mano vive entre mis recuerdos… tus ojos limpian mi sueño…
No sos la misma persona que empecé odiando, sos aquella que siempre quiero encontrar… a veces me pierdo, no lo digas demasiado que cuando más grande es el capricho más pequeño es el corazón.)
Vuelvo a verte a los ojos, a vos, que estás en el otro extremo de este círculo que me encierra s cada instante un poco más. Te digo que te odio, que te quiero lejos, que no te quiero ver más… decís que no es justo, que ya no puedo decidir… que el precio esta puesto y que yo lo conozco bien…
se me viene a la cabeza responsabilidad. y ser responsable de estar acá y por consiguiente realizar determinadas cosas.. axioma del cual no tenemos la culpa (no me gusta hablar de culpas) pero es que en verdad no dependió nunca de nosotros ser un ser social y todo eso que encierra a la propia definición.. sin embargo a partir de la responsabilidad.. y la elección (a veces) nace todo..
ResponderEliminarsentí que pasajes del texto fueron escritas para mí.. y no sé si lo fueron o si ese era su propósito..
me sentí identificado. casi nunca tuve la oportunidad de decirle a alguien que me hiciera sentir identificado.. que me siento identificado. y que mas da.. no voy a desaprovechar la oportunidad.. como si desaproveché otras.. que terminan por hacerme responsable.. y que aún así aunque se que no lo merezco - y que valía la pena leer - para darme cuenta que no vale la pena leerme (si lo estás haciendo.. detente).. aunque se que no lo merezco.. (aghh maldita costumbre de tener q retomar por no saber usar los signos de puntuación) que no lo merezco.. algo vivo queda.. y esa es la esperanza.. pero no es la de Diego Torres.. porque esta es gris.. esta es la de El Esperador de Ilusiones.
guigiar no es Solari, puede ser mejor. no es pavada que el alumno supera al maestro..
rambla